La directora de Supervisión del Banco de España pide trabajo en PwC pensando que Escrivá la echa en enero
La directora general de Supervisión del Banco de España, Mercedes Olano, ha sondeado la posibilidad de incorporarse a PwC ante la posibilidad de que José Luis Escrivá la destituya en enero, ante el agravamiento de la guerra del gobernador con este departamento relatada este miércoles por OKDIARIO.
Así lo confirman varias fuentes conocedoras de la situación, que añaden que su contacto en la big four es Alberto Calles, socio responsable de la Unidad de Regulación Financiera de PricewaterhouseCoopers (PwC) y uno de los candidatos que se rumoreó para gobernador o subgobernador del Banco de España.
«Olano ha pedido a los amigos que tiene en PwC que intenten que sus clientes bancarios hablen bien de ella al supervisor para intentar continuar en su puesto. Y que, si eso no es suficiente, que intenten hacerle un hueco en la auditora cuando salga del Banco de España», explica una de las fuentes.
Otra añade que desde PwC la respuesta ha sido que no le pueden hacer socia puesto que supera la edad máxima para ello, de 60 años -Olano tiene 62-, por lo que el único puesto que podría ocupar llegado el caso es el de asesora senior (senior advisor).
Dentro del supervisor se señala a enero como la fecha probable de la salida de Olano, ya que coincide con la jubilación forzosa de su número dos en Supervisión, Francisco Monzón. Con este retiro, Escrivá pretendía dar entrada a alguien de su confianza, Pedro Comín, con la intención de que, dentro de un tiempo, pasase a ocupar la dirección general en sustitución de Olano, como adelantó OKDIARIO.
Pero, con el deterioro de las relaciones de Escrivá con Supervisión, aumentan las probabilidades de un relevo directo de Olano por Comín en la dirección general.
El ‘clan del Kupela’
Para entender la petición de ayuda a la consultora, hay que partir de que Olano pertenece al ‘clan del Kupela’, una serie de miembros de la inspección del Banco de España que quedaban los viernes a tomar cañas en el bar de ese nombre cercano a su sede de Cibeles en Madrid.
A ese clan también pertenecen el citado Pedro Comín y varios inspectores en excedencia que se fueron a PwC, como Santiago Martínez Pina y el citado Alberto Calles. Además de la propia ex subgobernadora, Margarita Delgado.
Según las fuentes, Calles no era de los habituales del clan, sino que «simplemente iba al Kupela de vez en cuando». Y añaden que es el más serio de todos ellos. Ahora bien, también es quien ha llegado más alto de todos, de ahí que la petición de auxilio de Olano se dirija a él.
Como ha venido informando este periódico, Escrivá tenía enfilada a Olano desde su nombramiento por ser una de las protegidas de Delgado, que fue quien la nombró. Pero su enfrentamiento con el departamento de Supervisión (el más importante del Banco de España, donde se encuentra la Inspección) se ha agravado en las últimas semanas.
Así, el gobernador ha perdido totalmente la confianza en el departamento porque ninguno de sus responsables es capaz de explicarle de dónde salen las cifras que incluyen en sus informes.
La cosa ha llegado al punto de que Escrivá les critica en público por no tener esa capacidad: «Cuando sepas explicármelo, vuelves»; «la próxima vez, te lo traes sabido»; y cosas por el estilo. «No es que les insulte ni les falte al respeto, sino que les interpela de forma muy borde en público, algo que no era nada habitual en el Banco de España», según una de las fuentes.
Otra fuente añade que «hacer eso le duele más a gente como Olano que si les insultara, porque pone en evidencia su falta de capacidad delante de todo el mundo».